No comemos más de todo. Comemos más de algunas cosas y menos de otras. Y es allí donde reside la explicación de la pandemia de obesidad. El nicho social obesogénico genera al mismo tiempo la susceptibilidad (metabólica) y la exposición (ambiental) que producen la obesidad. Es la "calidad" de lo que comemos lo que determina la "cantidad".
Incluyamos más alimentos saludables con un buen aporte de fibra para sentir más saciedad y no comer en exceso.
Entremos a la acción y construyamos poco a poco mejores hábitos.
Y tú ¿que opinas? Inténtalo.

Iniciamos el año y tenemos buenos propósitos, entre ellos mejorar nuestra alimentación y obtener un peso más saludable, pero como cada año me cuesta llevarlo al cabo. Para encontrar esa motivación necesitamos primero aceptar que en verdad tenemos un problema que hay que mejorar, atacar y eliminar pretextos. En segundo lugar hay que relativizar la manera en que lo haremos, buscando estrategias acorde a nuestras necesidades y costumbres para que se vuelvan más efectivas y sencillas. Y tercero ser positivos y pensar en las recompensas que obtendremos de estas acciones, como llegar a ser más saludables,  más ágiles y cómodos con nuestra ropa, así como tener más control de nuestras enfermedades. Así que, a ponerse las pilas en este nuevo año desde el principio. 

   ¡Éxito a todos!

La recompensa y el stress son lo sellos de la civilización moderna, se han vuelto complementarios, donde el placer (sensación de corta duración) juega un importante papel en el consumo y que erróneamente lo confundimos con la felicidad. Esto nos lleva frecuentemente a que el apetito no se pueda saciar con la ingesta alimentaria, generando una adicción. Las personas intentan calmar esta insaciable necesidad precisamente consumiendo productos que han sido diseñados y modificados para encenderlos, llevando al organismo al desequilibrio total.

¿Como tener fuerza de voluntad, si los circuitos de control de la conducta ingestiva están alterados? Esto se trata de problemas fisiológicos y no morales. El comer compulsivo se desencadena por muchas causas pero actualmente el stress cotidiano es la más común. Entonces la comida se vuelve un paliativo pasajero para este discomfort. Busquemos soluciones reales y a largo plazo para combatir esta enfermedad.

  Todos hemos oído que para bajar de peso o conseguir mejoras en general, debemos cambiar nuestros “malos” hábitos. En realidad esto sería lo ideal pero, pocos conseguimos hacerlo, no podemos cambiar nuestra rutina de la noche a la mañana.
   Si nos es difícil “cambiar”, podemos empezar por “construir” poco a poco esos hábitos saludables e ir sustituyendo los que son perjudiciales, de la misma manera que preparamos un filtrado de café; gota a gota, que lentamente llenará una pequeña taza, que con paciencia y constancia llegamos a saborear y disfrutarlo por más tiempo.
   Así, la meta que tengamos será a largo plazo pero las pequeñas acciones que realicemos deben ser día a día.